El juicio por el crimen de Catalina Gutiérrez (21), que se lleva adelante en la Cámara en lo Correccional y Criminal de 11° Nominación de Córdoba, entró este miércoles en su etapa final. Durante la mañana, la fiscalía expuso sus alegatos y pidió prisión perpetua para Néstor Soto (22), acusado de asesinar a la joven el 17 de julio de 2024.
“La única pena posible es la de prisión perpetua”, exigió el fiscal Marcelo Sicardi en su alegato, quien fue el primero en tomar la palabra. En su intervención, acusó a Soto de «lesiones leves calificadas por mediar violencia de género en concurso real con homicidio criminis causa«.
“No caben dudas de que Néstor sentía algo más por Catalina y que estaba enamorado”, aseguró Sicardi al presentar una serie de anotaciones que el acusado había registrado en la aplicación Notas de su celular.
En uno de esos textos, escribió: “Sobre la pana esta (por Catalina), no sé de dónde le agarré tanto cariño. Literalmente siento que no se lo merece. No quiero decir que hay gente que es merecedora de mi cariño, pero hay personas a las que no trato como trato a Cata”.
Para Sicardi, el crimen no puede analizarse sin entender el contexto de violencia de género en el que se dio. “Queda claro que existía un binomio de superioridad y dominación, y Soto era quien ejercía el control”, afirmó.
En la audiencia del martes, el acusado remarcó: «Yo soy un homicida. Pero quiero defenderme: no soy un femicida».
Según el fiscal, Soto desplegaba una fuerte violencia psicológica, no solo contra Catalina, sino con otras mujeres de su entorno: “Esto, dentro del marco legal y convencional de nuestro país, tiene un solo nombre: violencia de género en su modalidad psicológica”.
Sobre el agravante de criminis causa, Sicardi fue tajante: “Se cansó de mentir en su declaración”. Y agregó: “Dice que en ningún momento le pidió a Catalina que se bajara o que él la buscó. Son contradictorias porque se ve en el video que él sale y se acerca al auto, y luego Catalina baja».
Además, sobre la versión de Soto de que Catalina le habría pegado, Sicardi cuestionó: “Primero, el acusado dice que no soportaba que le tocaran el cuello, pero después asegura que con Catalina jugaban a hacerse la toma del mataleón. ¿En qué quedamos? ¿No era que le molestaba y lo ponía loco?”.
Para la fiscalía, la clave del caso está en lo que ocurrió después del primer golpe. “Catalina quedó desmayada por la violencia del impacto. Es en ese momento cuando Soto hace un click y decide matarla”, sostuvo Sicardi. Explicó que el acusado aprovechó que la joven estaba inconsciente para atarle las manos con cinta adhesiva y luego estrangularla con un lazo.
“El hecho de que no haya signos de defensa en la autopsia confirma que Catalina no pudo resistirse”, detalló el fiscal. También destacó la importancia del hallazgo del anillo de la víctima en el departamento del acusado: “Solo se explica por un golpe o un choque de energía muy violento”.
Luego, insistió en que el crimen no fue un impulso descontrolado, sino un intento deliberado de encubrimiento: “Soto pensó que podía salirse con la suya. Armó una coartada, mandó mensajes para suspender una juntada y hasta fingió preocupación ante la familia de Catalina y la policía. Pero le salió mal porque no tuvo en cuenta la geolocalización de la víctima, las cámaras de seguridad ni la calidad de los peritos que trabajaron en el caso”.
El fiscal resaltó que Néstor Soto “de algo estaba arrepentido, y era de que su plan no funcionó más que de haber causado una muerte”. Y concluyó: “Mató con violencia de género y mató para ocultar las lesiones que previamente le había propiciado a Catalina”.
Ahora, la audiencia avanza con la exposición de la querella, que cuenta con una hora y media para presentar sus argumentos ante el Tribunal. Luego será el turno de la defensa y se le dará la oportunidad al acusado de pronunciar sus últimas palabras. Tras estas instancias, la sentencia podría conocerse este mismo miércoles.
EMJ