La semana pasada, el dólar subió 5% y el mayorista tocó los $ 1.200. En el mes el mayorista avanzó 1,5% y ya con dos tercios del «trimestre de oro» de la liquidación del campo transcurridos bajan las expectativas de que el tipo de cambio se acerque al piso de la banda, el objetivo pretendido por el Gobierno.
Si el dólar no perfora al piso de la banda de $ 1.000 en el segundo trimestre es improbable que lo alcance en el resto del año.
Los márgenes en los que se mueve la flotación cambiaria no fueron solo consecuencia de la oferta y la demanda, ya que el Gobierno intervino fuerte en el mercado del dólar futuro para bajar las cotizaciones. Fueron US$ 400 millones en abril y otros US$ 1.000 millones en mayo, según las estimaciones del mercado.
Con esta táctica logró que el dólar se alejara del techo pero no consiguió que se acercara al piso.
¿Realmente el Gobierno quiere que el dólar llegue al piso? «El Gobierno no dijo que quiere al dólar en el piso de la banda. Lo que dijo es que van a comprar reservas solo en el piso», diferencia Gabriel Caamaño, director de la consultora Outlier.
«El objetivo del Gobierno es bajar la inflación lo más rápido posible. No sé si realmente lo quieren en el piso de la banda, más bien puede ser en parte una estrategia comunicacional, pero lo quieren lo más abajo posible», agrega.
Para Pablo Repetto, de Aurum Valores, al hablar del dólar en el piso de la banda, «el Gobierno busca manejar las expectativas que un poco se les habían desanclado en la transición del esquema de bajar el crawl al 1% y la necesidad de cerrar un acuerdo con el FMI».
«Esas declaraciones cumplieron el rol de evitar un overshooting desordenado. A comienzos de mayo ya lo discursivo empezó a percibirse como relativo para el mercado y debieron apelar a una acción más contundente que fue la venta de futuros de manera muy agresiva», señala Repetto.
En la misma línea Repetto ubica a la colocación del bono por US$ 1.000 millones que el ministerio de Economía concreto la semana pasada. «La necesidad de acumular reservas los lleva a emitir un bono en pesos que se suscribió en dólares pero convalidando un tipo de cambio de $ 1.148. Parecería que ese objetivo de empujar el dólar al piso de la banda al menos se postergó (por no decir se abandonó), esencialmente por que si en el corto plazo llegase al piso el costo de la compra de los US$ 1.000 millones con deuda sería observado como muy gravoso para el Tesoro».
Más en el centro que en el piso
«En el segundo semestre habrá menos oferta estacional de divisas y con la agenda de apertura comercial más tipo de cambio apreciado que impulsa importaciones de bienes y servicios vemos difícil que pueda haber mayor apreciación cambiaria del peso. También vemos que cuando aparece una demanda adicional como en estos días las provincias para hacer frente a sus obligaciones, el mercado de cambios tiende a corregir al alza por lo que el equilibrio de oferta y demanda parecería estar más cerca del centro de la banda que de la banda inferior«, concluye Repetto.
Caamaño coincide en que «todo indica que el tipo de cambio está mucho más estable en torno al medio de la banda que en los extremos. Hay que ver si cuando termina la cosecha gruesa no se va un poquito más para arriba, pero tampoco tendría que ir al techo».
«Por sí mismo el dólar no va a ir al piso de la banda, va a tener que haber intervención o alguna «sorpresa» muy positiva», añade.
Si el Gobierno quisiera presionar para que el dólar bajara más podría jugar una carta adicional, además de la intervención agresiva en el segmento de futuros.
«Podrían subir las tasas para que cierre colocarse en pesos en un nivel más bajo del tipo de cambio nominal«, dice Caaamaño.
Federico Filippini, economista en jefe del Grupo Financiero Adcap, apunta que «en un régimen de flotación empieza a jugar la tasa de interés. Si el Gobierno quisiera llevar al dólar al piso de la banda podría dar más premio en las licitaciones y eso eso presionaría al dólar a la baja. Pero eso también tiene un costo sobre la actividad y la inflación«.
«El Gobierno está cómodo con este régimen de flotación. Este dólar no despierta alarmas por ningún lado. El mercado está comprando el pragmatismo del gobierno que dice ‘mi plan no es intervenir en el dólar sacándole recursos a los privados'», remarca Filippini.
«Hoy la variable que elija priorizar el Gobierno es la baja de la inflación. La ampliación de las reservas ya llegará. El mercado parece convalidar este camino», cierra Filippini.