Alguna vez, Carlos Bianchi puso las cosas en su lugar y le resultó. Fue apenas llegó a Boca y detectó que uno de los problemas que tenía un equipo que llevaba tiempo sin lograr coronarse en el fútbol local (mucho menos en el plano internacional) era la distancia que tenían los jugadores con la realidad de los hinchas. Más bien, que los jugadores estaban alejados del barrio y necesitaban darse una vuelta por La Boca para sentir el clamor popular. Situación de la que tal vez Miguel Ángel Russo haya tomado nota para la decisión que tomó.
En aquel entonces, los distintos planteles xeneizes tenían gran parte de su día a día en Ezeiza, pero no en el predio actual (que no estaba ni en los planes) sino en el Sindicato de Empleados de Comercio, espacio elegido para tener más amplitud y comodidad para entrenar que la alternativa que ofrecía la única cancha disponible en la Bombonera. Es que el complejo de Casa Amarilla (hoy Pedro Pompilio) lucía flamante y tenía poco recorrido pero tampoco se había usado mucho hasta la llegada del Virrey.
Aquella decisión fue valorada luego por los directivos y hasta por los jugadores. Boca se entrenó durante muchos años a la vuelta de la esquina. A metros de las inferiores, con la pensión dentro del mismo predio y el Templo vigilando todo. Claro, las prácticas de fútbol en el césped principal también eran habituales.
Durante años, Boca se entrenó en Casa Amarilla, y las prácticas de fútbol eran en la Bombonera.
La decisión de Miguel
Y algo de eso es lo que habrá empujado a Russo para tomar la determinación de que sus jugadores vuelvan a entrenarse en la Bombonera. Al menos por una vez (aunque podría hacerse costumbre) el plantel se entrenará el jueves en la Boca. En un entorno más cercano a los hinchas, incluso cuando la práctica será a puertas cerradas.
La Bombonera, lista para recibir al plantel.
Simplemente porque la llegada, la salida y todo lo que se respire estará regado del clamor popular. Así como pasa en Boca Predio con los aventureros que pasan horas en el costado de la ruta esperando la salida de sus ídolos pero con la cercanía que da tenerlos mucho más a mano.
A partir de Boca Predio y un antecedente cercano
La rutina de Casa Amarilla se empezó a terminar con la inauguración del Predio de Ezeiza en 2017. Si bien la mudanza fue paulatina, ya antes de la pandemia de 2020 (y la asunción de Juan Román Riquelme al frente del fútbol) era habitual que el plantel se entrenara la mayoría del tiempo en el nuevo búnker. Sin embargo, alternadamente hubo algunas prácticas en el Templo, como la que durante 2023 organizó Jorge Almirón antes de un partido ante Belgrano a poco de haber llegado al club.
Almirón armó práctica de fútbol en la Bombonera. Prensa Boca.
El futuro dirá si la apuesta da resultado. Aunque en un principio, parece una buena señal de volver a las fuentes. Y de seguir los pasos de un prócer antes de su mejor obra, la que derivó en los tiempos más gloriosos del club.
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