Después de casi tres años entre los países con los niveles más altos de inflación del mundo, Argentina abandonó el podio. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 39,4% en junio, el registro más bajo desde fines de 2022.
Con esta cifra, el país descendió al sexto lugar en el ranking global elaborado con datos oficiales por Infobae. El listado es encabezado por Venezuela (172%), seguida por Sudán (113%) y Zimbabwe (92,5%), tres países que atraviesan crisis estructurales profundas. También se ubican por encima de Argentina territorios como Palestina (51,4%) y Burundi (45,5%).
El rol de la estabilización macroeconómica
El retroceso de Argentina en el ranking refleja un proceso sostenido de desaceleración que comenzó a fines de 2023. En ese momento, el índice interanual superaba el 276%. Desde entonces, la inflación mensual fue moderándose y permitió que el acumulado anual se redujera en más de 220 puntos porcentuales.
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Este cambio de tendencia es atribuido, en gran parte, a las medidas de orden fiscal y monetario impulsadas por el Gobierno de Javier Milei. El ajuste del gasto público, la reducción de la emisión y el ancla cambiaria generaron un freno en la dinámica de precios, aunque con efectos colaterales en la actividad económica y el poder adquisitivo.
Proyecciones del FMI y alertas internas
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que si esta trayectoria se mantiene, la inflación argentina podría ubicarse hacia fin de año en torno al 35,9%, similar a la de Turquía. De concretarse, el país quedaría fuera del grupo de los diez países más inflacionarios del planeta.
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Sin embargo, tanto organismos multilaterales como economistas locales advierten que existen factores de riesgo que podrían alterar el rumbo. Entre ellos, destacan la volatilidad del tipo de cambio, el impacto estacional del segundo semestre y la incertidumbre política vinculada al año electoral.
América Latina, casi siempre en contraste
En el escenario regional, la mayoría de los países de América Latina presentan niveles de inflación controlados. Brasil, Chile, Perú, Colombia y Uruguay mantienen IPC anuales por debajo del 6%. Solo Venezuela y Bolivia integran, junto con Argentina, el grupo de mayor inflación, aunque con trayectorias distintas.
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En comparación con sus vecinos, el caso argentino representa una anomalía que comenzó a corregirse. Aun así, los analistas insisten en que el verdadero desafío será consolidar esta baja sin perder de vista el crecimiento y la recomposición del ingreso real.
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