En el universo del rock nacional, Gustavo Cerati no solo dejó una huella imborrable con su música, sino también con historias que siguen emocionando hasta hoy. Una de ellas es la de Jack, su perro fiel, un Border Collie que lo acompañó en sus últimos años de vida.
Tras el ACV que dejó al músico en coma, Jack tuvo un giro inesperado pero profundamente emotivo. La mascota legó a la vida de Cerati durante su relación con la modelo Chloé Bello, señalada como la nueva novia de Marcelo Tinelli. La pareja criaba al perro como un integrante más de la familia.
Pero todo cambió en 2010, cuando el líder de Soda Stereo sufrió un accidente cerebrovascular que lo dejó en estado vegetativo hasta su fallecimiento en 2014. En medio del dolor y la incertidumbre, Chloé decidió dejar a Jack al cuidado de su madre, Nora Portela, quien se convirtió en una figura clave en el nuevo capítulo del animal.
Lejos de ser simplemente un acto de resguardo, la decisión tuvo un impacto positivo inesperado. Nora, que trabajaba con personas ciegas y sordomudas, integró a Jack a sus actividades como perro de asistencia emocional gracias a su temperamento equilibrado y su notable inteligencia.
Jack no solo acompañaba en silencio; generaba conexión, calma y afecto, cumpliendo un rol esencial en la rehabilitación y bienestar emocional de quienes más lo necesitaban. Durante más de una década, llevó una vida discreta, pero profundamente significativa, muy distinta al entorno de fama que lo rodeaba en su etapa con Cerati.
El perro, que alguna vez correteó por estudios de grabación y jardines de casas rockeras, pasó sus últimos años entre centros terapéuticos, ternura y nuevas amistades humanas. En abril de 2024, Jack falleció, dejando una estela de recuerdos no solo entre los fans, sino también entre todas las personas que encontraron en él una presencia sanadora.
En redes sociales, muchos usuarios expresaron su emoción al conocer esta historia y no tardaron en dejar mensajes llenos de y gratitud. La vida de Jack es una de esas historias mínimas que tocan lo esencial: el amor incondicional, la resiliencia y el poder transformador de los vínculos, incluso en los momentos más oscuros.