«Quizá Javier no dice nada de algunas cosas porque si habla Karina lo echa a él«. La frase, pronunciada entre risas por un libertario de la primera hora, resume con precisión la relación de los Milei y el rol de Jefe que cumple la hermana del Presidente, haciendo honor a su apodo.
El recuerdo sirve para entender que difícilmente el futuro de la secretaria de la Presidencia corra peligro dentro del Gabinete pese a estar en su peor momento desde que asumió: mencionada en escandalosos audios por presuntos sobornos, el «Karina coimera» y los memes con el 3% que le tocaría penetraron en la opinión pública y podrían haber incidido en el resultado del domingo.
No sólo eso: Karina Milei se convirtió desde el arranque del Gobierno en la armadora política del espacio. Fue ella la que decidió cada paso electoral de este año. Con casi todas derrotas y un par de triunfos: uno prestado en Chaco, donde la Libertad Avanza fue como aliado menor, y uno más resonante en CABA, donde enterró al PRO en su propia tierra.
Luego tuvo actuaciones entre regulares y malas en provincias como Santa Fe, Salta y Corrientes. En este último caso, coinciden fuentes internas y opositoras, cometió acaso el error más grande del armado: podía sumarse a una victoria del radical Juan Pablo Valdés y prefirió apostar por un candidato propio que terminó cuarto.
«A Karina, la verdad, no le veo ninguna virtud. Pero Javier deposita toda su confianza en ella. No sabe hablar, aparece en audios de corrupción, los armados electorales salen mal», la castiga durísimo un libertario desterrado.
«Ni siquiera te incluyo el armado de Provincia, que estuvo relativamente bien. Acordaste con el PRO, que había que hacerlo», completa. Y cierra, lapidario contra los Menem (Lule y Martín): «Son dos resentidos que durante 20 años nadie les atendió el teléfono y ahora quieren romper todo».
Otra fuente del Gobierno, más cercana al asesor Santiago Caputo, discrepa: «El armado no fue bueno, dejaron colectoras sueltas que nos restaron votos en varias secciones».
Pareja, jefe de campaña ¿también en octubre?
Uno de los más cerrados para el cierre bonaerense, y otro de los marcados por la derrota, es Sebastián Pareja. El funcionario y candidato a diputado nacional bonaerense para octubre rechazaba meses atrás un acuerdo con el PRO, según le consta a este diario. Al menos en los términos que pretendía el macrismo.
Su lugar también quedó muy cuestionado. «Ayer habló, dio un buen discurso, pero está muerto», resumió un dirigente que compartió escenario este domingo con él. Pareja fue el jefe de campaña para la elección bonaerense local y también estaba designado para la nacional. Ahora ese lugar entra en duda.
Además, Pareja tenía aspiraciones en la Cámara de Diputados. Hasta este fin de semana, algunos lo mencionaban como posible jefe de bloque libertario desde diciembre, en lugar del cordobés Gabriel Bornoroni. Improbable que esto ocurra tras el reciente fracaso en las urnas.
Los Menem, otros apuntados
Más estable parece por ahora el cargo de Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados. Pese a las costosas y consecutivas derrotas en el Congreso, con varias leyes aprobadas por la oposición y hasta con un histórico veto rechazado, el riojano no sería el más complicado.
En su caso, también lo salpica el escándalo de los audios por presuntas coimas. Fue uno de los primeros en ensayar una defensa, seis días después de la acusación, y cuando ya venía marcado por tener negocios con el Estado a través de empresas suyas o de amigos.
Con el mismo apellido, más apuntado quedó Eduardo «Lule» Menem, mano derecha de Karina Milei y también con mucha presencia en los acuerdos electorales. Hace unos días su situación era muy endeble. Un alto funcionario consultado por Clarín los confirmaba en su cargo pero sólo «por ahora». ¿Puede ser el fusible que entregue el Gobierno para descomprimir la situación? ¿Alcanzaría?
Autocrítica y posibles cambios
Dentro del Gobierno cayó bien el discurso moderado de Milei, que habló de hacer una autocrítica y ratificó el rumbo económico. «Acá no hay pases de facturas, y no se buscó responsabilizar ni a los votantes ni se agitó el fraude», aseguró a Clarín un funcionario mientras llegaba este lunes a Casa de Gobierno.
«Nos equivocamos en lo político por el armado y en lo económico porque si bien arreglamos la macro, la micro no le está llegando a la gente. Y no es un problema de comunicación. No están percibiendo mejoras en su metro cuadrado», siguió, en línea con las declaraciones de esta mañana del jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
¿Esto puede acelerar cambios?, preguntó este diario. «Mirá, la idea de hacer las correcciones económicas y políticas originalmente se pensaba para después de octubre. Pero perdiste en Provincia por 13 puntos. Así que no puedo ni confirmarte ni negarte que los cambios en ambos casos se aceleren«.