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La pregunta que incomodó al CEO de YPF ante un auditorio internacional

A pocos kilómetros del centro de Milán y bajo una original cúpula de vidrio con tentáculos que se extienden en varias direcciones se encuentra el predio ferial que por su tamaño es casi una ciudad. En Gastech, la cumbre mundial del gas que se desarrolla estos días, los stands compiten en diseño y tamaño ofreciendo desde barcos regasificadores a los equipos más sofisticados para la producción no solo de gas, también de hidrógeno.

Por los pasillos llaman la atención los CEOs de las principales compañías y ministros de países productores que desfilan con sus séquitos dirigiéndose a distintas conferencias o a cerrar negocios en diferentes salas.

Este encuentro se desarrolla en un clima singular, en un día que sigue convulsionado tras el ataque de Israel a Hamas en Qatar, que es uno de los principales sponsors de esta conferencia. Es lo que explica también que el lema de la conferencia sea la resiliencia ante volatilidad internacional, algo que en Argentina conocemos muy bien. Pero también hay optimismo por el lado de la demanda de la energía al compás de un actor inimaginable, la Inteligencia Artificial, un consumidor voraz de energía.

A juzgar por la actividad en el stand de YPF, que lleva como emblema Argentina LNG, Vaca Muerta ya es parte de los grandes jugadores. Trajeron calcomanías de Messi que se disputan quienes deciden apuestas millonarias.

Y la agenda de Marín se describe como frenética: estuvo en reuniones con la coreana Samsung, almuerza con la anglo holandesa Shell y cena con la italiana Eni, además de una seguidilla de reuniones con posibles compradores del gas, un tema clave para el colosal proyecto de inversión que ha puesto en marcha para venderlo con barcos que lo transformarán en líquido y que involucra desembolsos por otros tres barcos, gasoductos e infraestructura que suman US$ 25.000 millones, una cifra histórica.

Marín fue este miércoles a a mañana uno de los oradores estrella de la conferencia. Entrevistado por John Defterios, de Sustaniable Energy for all, casi al final de la conversación, lo interrumpió:

Horacio Marín, CEO de YPF, en Gastech, la megaexposición del sector en Milán.

– Hubo una elección local en Buenos Aires. Y la diferencia fue bastante amplia. Hablamos y vos dijiste: “John, la participación fue baja”. Y ahora vienen las elecciones de medio término a fines de octubre. Desde el punto de vista de inversión, todos quedaron impresionados con que bajó la inflación, con que están las leyes de inversión y quieren que este liderazgo siga en el poder. ¿Lo que vimos afecta lo que están haciendo?

-Vengo del sector privado, no de la política. Tenés varios periodistas acá a los que podés preguntar… Argentina tuvo un gran cambio, la microeconomía está muy bien. Esto es inversión a largo plazo, así que no veo que haya dificultades. Seguimos en el mismo camino. Y veremos el resultado en la elección de octubre que es nacional. Creo que hay tiempo de sobra para seguir trabajando y soy positivo en que todas las inversiones de YPF continuarán. Tenemos un proyecto muy robusto, fue la respuesta de Marín.

-Venís del sector privado, ¿te frustraba en el pasado que el entorno político no haya permitido desarrollar antes los recursos? Porque sigo la energía hace 30 años y siempre se decía “qué gran oportunidad”, y nunca se concretaba.

Sí. Pero el gran cambio fue importante, como el libre mercado. Y lo más importante tenemos la ecuación para desarrollar la oportunidad. Era necesario que YPF tuviera un objetivo claro, una meta clara, durante ocho años, para permitir el desarrollo de Vaca Muerta. Y por eso estoy aquí.

La pregunta sobre el impacto de la elección reveló la inquietud de los inversores. Marin insistió que viene de la «Rigiland», en obvia alusión al RIGI (Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones) y sus ventajas en términos impositivos y sobre todo, “porque permite la libre disponibilidad de divisas”.

El stand de YPF en la GasTech, la megaexposición de gas, en Milán.

Aunque el presidente y CEO de YPF no lo mencionó, la posibilidad de ingresar a ese sistema vence el año que viene.

Mientras, apura sellar trato con los constructores de barcos de licuefacción como los dos que se encargarían a la china Wison que irían en el proyecto con la italiana Eni y que los tendrían listos en tres años y demandan unos US$ 3.000 millones cada uno. Un incentivo es que China podría financiar parte de la construcción.

Esos buques no tienen motor y una vez listos se trasportan por barco a Río Negro. A eso se sumaría el que construiría la coreana Samsung en la sociedad que encara en este caso YPF con Shell. Previamente ya están confirmados los dos de la noruega Golar que inició este proyecto de barcos para licuar el gas de manera que se pueda exportar de la mano de PAE y al que se sumaron YPF, Pampa y Harbor.

Marín está convencido de que con el boom de la Inteligencia Artificial van a explotar las necesidades de gas y que al margen de los precios, el proyecto no solo arrojará US$ 12.500 millones solo en exportaciones de gas. A esa cuenta le suma el petróleo que sale de la roca junto con el gas con lo que trepa el ingreso de divisas a US$ 30.000 millones. Sería realidad en 2031. Para los petroleros cinco años no es largo plazo.

Claro que para que sea posible YPF tiene que perforar unos 780 pozos adicionales, casi US$ 11.000 millones de inversión, si se considera que cada pozo en Vaca Muerta insume US$ 14 millones. Mucho de esto es tema de conversación, por ejemplo con los chinos con un stand colosal en esta feria.

Ya tienen una dilatada relación con la italiana Eni, lo que facilita las cosas con la Argentina. Una de las anécdotas que se cuenta es que gracias al traductor del celular, Marin se les acercó hablando en chino lo que allanó el camino. En el stand de YPF, el equipo comercial recibe a distintos posibles compradores del gas de Vaca Muerta: se necesitan esos contratos para que los bancos se financien. Las tareas están divididas y Santiago Martínez Tanoira se ocupa de los bancos.

“Es la geología estúpido”, repite Marin recordando la famosa frase sobre la economía y en obvia mención a la riqueza de la roca de Vaca Muerta y sus posibilidades.

De allí que piensen en dos gasoductos con caños de mayor dimensión al actual Perito Moreno, ex Néstor Kirchner. Uno sería de 36 pulgadas y otro de 48, un tamaño que permitiría transportar vía plantas compresoras, unos 100 millones de metros cúbicos de gas por día. En una ronda con periodistas, se insistió sobre cómo impacta en estos proyectos el riesgo país y el valor de la acción de YPF que en el año perdió casi 15%.

“Lo que mueve la inversión es el proyecto. No importa el ruido, importa la solidez del proyecto, nadie lo mira por el riesgo país, sobre todo porque tenemos el RIGI. Tenemos compradores ‘triple A’, que son las grandes compañías internacionales, y también otras grandes compañías que no están en toda la cadena. Y los mercados que buscamos son Europa y Asia».

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